Hay una Solución…
“Entrégate a Dios, tal
como tú lo concibes. Admite tus faltas ante él y ante tus semejantes. Limpia de
escombros tu pasado. Estaremos contigo en la fraternidad del espíritu, y
seguramente te encontrarás con alguno de nosotros cuando vayas por el camino
del destino feliz.”
Texto Básico pág. 151
La
vida se había convertido en un peso que no podía soportar con alcohol o sin él,
aquellos momentos de alegría que llegaban con los primeros tragos, hoy eran
motivo de tristeza, desolación y en algunos casos de tragedia. Mi existencia
era vacía y desolada, cargada de un sentimiento de soledad infinita, así
estuviera rodeado de mucha gente.
…
Debía beber, calmar todas esas emociones, evadir la presión que generaba vivir.
Hacía mucho daño sin quererlo, a mi familia, a mis amigos y a mi entorno, pero
en realidad al que más daño hacía era a mí.
Entonces,
aparecían los cuatro jinetes: temor, aturdimiento, frustración y desesperación,
mis fieles compañeros en los momentos en los cuales el alcohol me abandonaba,
porque no tenía como comprar una botella o simplemente el miedo me paralizaba
de pies a cabeza. Pero la obsesión por la bebida era tan grande, que como podía
me levantaba, rebuscaba unas monedas y salía a comprar mi fuerza, mi poder, mi
seguridad para vivir. Alcohol.
Poco
a poco lo fui perdiendo todo, trabajo, familia, amigos, autoestima, seguridad y
dignidad. Termine vagando por las calles y pidiendo monedas para comprar
sustancia.
Todos
a mí alrededor sabían que tenía un problema, pero yo me empecinaba en negarlo
todo; busca ayuda me decía mi familia, busca ayuda me decían mis pocos amigos
de infancia que aún conservaba. Estaba en un carrusel de indecisiones. Sin
dinero y sin amigos tome el directorio telefónico y decidí buscar ayuda.
¿Quiere
dejar de beber?, ¿quiere cambiar su vida?, definitivamente si quiero… esa fue
mi respuesta a la voz del otro lado del auricular. Me invitaron esa noche a una
reunión, yo no entendía nada, pero veía a esos hombres y mujeres reír y reír…
yo hace mucho no tenía porque reír. Era un grupo de Alcohólicos Anónimos.
Escuche atentamente sus historias y entendí que ahí me podían ayudar a parar el
consumo de alcohol. Hoy llevo algún tiempo y me siento mejor, encaro la vida
con optimismo y mucha fe, con la esperanza de que los mejores días están por
venir, recupere mi familia, mis verdaderos amigos y lo principal mi fe en Dios.
Esta
historia podría ser la de cualquier Alcohólico Anónimo, que ha encontrado en
los grupos una solución a su manera de beber; si conoce alguien que tenga
problemas con el alcohol, dígale que hay una solución.
El
programa de Alcohólicos Anónimos está en Cali hace ya 56 años, motivo por el
cual los días 20, 21 y 22 de mayo, la comunidad celebra este acontecimiento con
charlas relacionadas al tema. La invitación es para aquellos que deseen conocer
más acerca del alcoholismo los días indicados, en los siguientes horarios:
Viernes 20 de 6:30 pm a 8:00 pm; Sábado 21 de 5:30 pm a 7:00 pm y Domingo 22 de
10:00 am a 12:00 m. Calle 8 No. 6-30.
Publicado en la Voz Católica - Mayo 2016
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