Amor en A.A.

Cuando entré por vez primera en una reunión de alcohólicos anónimos recuerdo bien que me sentía atribulado, no sólo por el dolor que me había llevado hasta ese grupo de caras desconocidas formando dos semicírculos y con un tipo sentado en una mesa al que todos observaban como director de una orquesta, sino porque dentro de mí había una sensación de vacío suficientemente diametral para que me sintiera perdido, sin horizonte, desahuciado por la vida y por todos; un ser que caminaba y nada más.

Lo posterior esa noche no lo recuerdo con claridad ni menos aun lo que en particular se me dijo, teniendo en cuenta que esa noche sucedió hace algunos buenos años como del poco equilibrio emocional y mental, pero si lo que en general recibí de aquellos desconocidos cuando levanté la mano anunciando tímidamente mi deseo de querer dejar de beber con un aplauso unánime y muchos abrazos cálidos; y las palabras continuas del tipo de la mesa diciendo que la reunión sería dedicada a mí.

Seguidamente cada uno de ellos me felicitaba y algunos hasta me agradecían por estar ahí en una sala llena de carteles colgados a la pared, de sillas ocupadas por hombres y mujeres que transmitían calma y buena vibra. Fue realmente impactante saberme especial para otros, yo que me sentía indigno de cariño por “todo” lo que había hecho, por los daños que había causado a mi madre, a los amigos y a muchos otros. Sin embargo esos que estaban ahí me dedicaban sus palabras y su tiempo.

Cuando llegó a su fin esa reunión después de casi dos horas, fui directamente a mi casa y no bebí. Algo de lo que me habían transmitido quedó revoloteando en mi mente, pero no sabía que era con exactitud, era una sensación extrañamente agradable.

Seguí asistiendo diariamente y poco a poco fui encontrando entendimiento en lo que escuchaba y al unísono pasaban los días, y a la vez que me encontraba mejor curiosamente tampoco bebía.

Así pasaron algunas 24 horas y el Solo Por Hoy del que mencionaban como una filosofía de vida fue entrando en mí y despertando ganas por vivir, la risa empezaba a ser honesta sin la imperiosa necesidad de tener que simular con la ayuda de muchas botellas, y eso era un hermoso y clarísimo asomo de libertad.

Creo sin duda alguna que eso fue también el inicio de un camino hacia el conocimiento de mí mismo, verdadero y franco y sobre todo del amor para conmigo. Poco a poco fui siendo más consciente de que: el asistir a las reuniones, el intentar escuchar a los compañeros, el no consumir nada que me alterara física ni mentalmente, el ponerme en contacto con los demás compañeros para evitar esa primera copa y muchas otras cosas más que hice eran expresiones rotundas de amor.

Consecuentemente alcohólicos anónimos siguió y sigue dándome una nueva manera de vivir la vida, inclusive bien puedo decir que es cuando empecé a saber que son el amor, la humildad, la amistad, y la realidad misma.

Desde luego que en mi etapa de alcoholismo  activo el concepto de amor estaba totalmente desvirtuado por lo que yo creía que era. Pensaba que el amor era llanamente tener sexo con alguien, que para poder expresarlo era mientras más dinero gastado más amor daba o recibía. En fin para mí el sentimiento más puro que es amar se había convertido en una mera exigencia, una puesta de condiciones a cada acto o gesto.

Es muy triste vivir así porque verdaderamente yo no disfrutaba de casi nada al menos a plenitud, el tener un concepto muy reducido de todo aquello que nos hace sentir y vivir como persona provocaba que mis actitudes e interpretaciones de la vida fuesen de la misma forma, limitadas.

Esto me costó algunos años cambiarlo, inicialmente darme cuenta que vivir para dar esperando recompensa no es vivir, al menos a como hoy lo comprendo gracias a los compañeros de alcohólicos anónimos.

Y al remontarme a ese primer día en los grupos de A.A es cuando comprendo que los abrazos y las palabras que aquellos en principio desconocidos y hoy la gran mayoría amigos sinceros, fueron la chispa de amor que despertó un fuego interno que hoy comparto con los que llevan algún tiempo, con los recién llegados y con los que están por venir.

El tiempo que esas personas me dedicaron y me dedican tanto en las reuniones como fuera de estas, es la muestra continua más grande de amor que recibo.

Gracias a mi poder superior y a los compañeros de A.A mi concepción tanto del amor como de muchos otros principios ha adquirido su verdadera esencia y el progreso hacia una vida serena, útil y feliz sigue gestándose día a día, Solo Por Hoy.

https://grupocentromadrid.wordpress.com/2014/12/28/amor-en-a-a/